Banco de Germoplasma: el material genético de las plantas sanjuaninas.

El Banco de Germoplasma, contiguo al Vivero de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFyN), es un módulo en el que, apenas se ingresa, desde cada ángulo la visión se llena de semillas. «Comenzamos a armar este lugar en 2020, justo antes de que empiece la pandemia de Covid y surgió como una propuesta para acompañar las actividades del Vivero de especies nativas del Departamento de Biología», dice Carola Meglioli (MP 0044), Lic. en Biología quien coordina los Laboratorios de Biología, el Vivero y el Gabinete de Recursos Vegetales en la FCEFyN, del que depende el Banco de Germoplasma. 

Germoplasma

Un Banco de Germoplasma consiste principalmente en la conservación de semillas de especies de plantas nativas, en este caso, de San Juan.  «Hay otros bancos de Germoplasma que también conservan semillas de importancia para la agricultura, pero nosotros acá en la carrera de Biología sólo estamos conservando especies nativas», cuenta Carola. «Germoplasma», detalla luego, es cualquier parte de un vegetal que nos permita obtener un individuo nuevo. En este caso, conservamos nada más que semillas, pero también podríamos conservar especies mediante cultivo de tejidos in vitro».

Conservar variabilidad genética

En el Banco existen unas 40 especies de semillas. «Como la función  principal del Banco es conservar variabilidad genética, entonces de una misma especie lo mejor es tener muchas entradas o accesiones. Por ejemplo, de retamo tenemos colectadas de Rawson, de Zonda, de Caucete. Guardan diferencias de acuerdo al lugar y esas diferencias son la variabilidad genética, eso es lo que queremos conservar. Siempre nos interesa colectar la misma especie en distintos sitios», detalla la bióloga. Para nombrar sólo algunas especies, en el Banco de Germoplasma hay de retamo, algarrobo, aguaribay, jarilla, cinasina, pastos nativos, acacia, tusca, espinillo

«Las primeras muestras de semillas que ingresaron corresponden a los trabajos finales de  estudiantes de la Licenciatura, que se recolectaron, siempre bajo protocolo internacional, suficiente cantidad de semillas  para los ensayos de alumnos y para que quedara material bajo conservación. El primer lugar donde recolectamos fue en las sierras de Valle Fértil, luego en Bermejo y ahora estamos trabajando con conservación de semillas que crecen en Cordillera, específicamente en la zona de influencia del proyecto minero José María», apunta Meglioli.

A propósito de esto último, la bióloga refiere que, mediante Acta Complementaria y con el objetivo de conservar germoplasmas de las especies que crecen en las zonas de influencia del proyecto minero,  van al sitio (en Iglesia) y toman muestras de semillas de distintas especies de vegas y estepas. «En el laboratorio, en el banco, las procesamos, hacemos análisis de germinación y las conservamos en frío para su estudio y su posterior uso, ya sea en actividades de investigación o en recuperación de áreas degradadas», explica.

Ese trabajo de investigación es analizar el material que se colecta. «Lo hacemos es analizar en la parte fisiológica de la semilla, en toda la parte de germinación, su tolerancia al estrés hídrico y estrés salino, por ejemplo», dice Carola. El material que se conserva estaría disponible para en un futuro cercano realizar aportes de «vida» en ambientes o suelos degradados. 

Estudiantes y el Banco

Gran parte del trabajo del Banco tiene que ver con el de estudiantes de Biología de la FCEFyN. «Se acercan por diferentes intereses.  Uno de ellos es su trabajo final de Licenciatura en Biología. A algunos chicos les interesa la temática y cumplen acá horas a través de becas. Algunos también vienen por su tesis de posgrado. Trabajamos con estudiantes, egresados, incluso biólogos matriculados», define Carola Meglioli. 

Fuente: Revista la U

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